
El coordinador de esta nueva edición, Salvador Gutiérrez Ordóñez, ha explicado este viernes que en el caso de palabras monosílabas como guion, truhan o la forma verbal guie se elimina la escritura opcional de tilde. "Hasta ahora se consideraban diptongos ortográficos y se permitió poner la tilde para favorecer la adaptación, pero los universitarios ya no acentúan y lo ven natural", indica.
La RAE también eliminará la letra q en las palabras con fonema k, ya que en castellano solo puede aparecer en la combinación qu (queso, querer). Así, el uso de esta letra en palabras como Iraq, Qatar, quásar o quorum representa una "incongruencia" con las reglas, por lo que habrá que escribir Irak, Catar, cuásar y cuórum. "Se pueden utilizar palabras extranjeras, pero si se usa Qatar y quorum con q, será con cursiva y sin tilde", matiza.
Otra de las modificaciones importantes que realiza la Academia está relacionada con el uso de extranjerismos. En este caso, "si no han sido adaptados a la ortografía española, continuarán apareciendo sin tilde y deberán escribirse en cursiva", señala Salvador Gutiérrez. Latinismos que aparecían escritos en letra redonda y con acentuación gráfica deberán mantener, pues, su forma original, como es el caso de ex cathedra, casus belli o deux ex machina.
¿Sólo o solo?
Desde 1959 la Academia acordó que la tilde de la palabra sólo y de los demostrativos no era obligatoria y a partir de entonces dejó de añadirla en sus publicaciones. Ahora aconseja no usarla porque "es innecesaria", aunque matiza que "no se condena usarla" y se permite limitarla a los casos de posible ambigüedad que son "rarísimos", recalca Gutiérrez.
En anteriores ediciones se consideraba a los prefijos ex, anti o pro como preposiciones, por lo que se escribían separados de la palabra a la que acompañaban. Ahora, sin embargo, la RAE los analiza como prefijos y, como tales, deberán escribirse unidos a la base léxica, aunque solo si afectan a una sola palabra (exmarido, antisocial, ex capitán general o pro derechos humanos).
La Nueva Gramática de la Lengua Española también elimina la acentuación gráfica de la palabra o cuando se encuentra entre números. Salvador Gutiérrez explica que se trataba de "la única palabra átona que permitía llevar la tilde". "Antes había razones para hacerlo, como la escritura a mano, pero con la escritura a máquina o a ordenador no hay lugar a dudas", precisa.
Otra de las modificaciones afecta al alfabeto castellano que, a partir de ahora, dejará de contemplar como letras la ch y la ll, por lo que el número pasa de 29 a 27. Además, cambia la denominación de ciertas letras, como la be para la b, la uve para la letra v, la doble uve para la w, la ceta para la z y la novedosa ye para la y, en lugar de la i griega.
Salvador Gutiérrez Ordóñez ha destacado que los cambios que realiza la RAE "obedecen al cambio" y se deciden con "razones de coherencia y gramaticales". En este sentido, subraya que la ortografía española "no está tan alejada de la pronunciación gracias a estos cambios", y añade que cosas que ahora parecen "sorpresa", a la larga supondrán un "beneficio grande".
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